América Latina suele asociarse con elevados índices de criminalidad y problemas relacionados con el narcotráfico, lo que refuerza la percepción de que un país sin Fuerzas Armadas sería inviable en esta región. Sin embargo, existe una nación que ha desafiado esta idea y ha mantenido la paz sin ejército durante más de siete décadas.
En 1949, Costa Rica tomó la histórica decisión de abolir su ejército mediante el artículo 12 de su Constitución Política. Este documento establece que "se proscribe el Ejército como institución permanente" y designa a las fuerzas policiales como las responsables de mantener el orden y la seguridad pública. Desde entonces, el país ha apostatado por un enfoque civil para garantizar la tranquilidad de sus habitantes.
En 1983, Costa Rica reforzó su compromiso con la paz al declararse un país neutral de manera permanente. Además, la nación forma parte del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), conocido como el Tratado de Río, lo que le permite solicitar ayuda militar internacional en caso de enfrentarse a una invasión. Esta estrategia ha sido clave para mantener su soberanía mientras evita la militarización.
San José es la capital de Costa Rica. Foto: Wetravel
Costa Rica es conocida como la 'Suiza de América Central' debido a sus altos estándares de seguridad y estabilidad política. Según el Índice de la Paz de 2023, ocupa el puesto 39 a nivel mundial, posicionándose como el país más seguro de América Latina. Este logro refleja los esfuerzos constantes de la nación por priorizar el bienestar de sus ciudadanos, una política que la distingue de otros países de la región.
Este enfoque pacifista también se traduce en una asignación presupuestaria distinta. En 2024, el Gobierno de Costa Rica destinó solo el 7,8% de su PIB al Ministerio de Seguridad Pública. Este bajo porcentaje permite redirigir recursos hacia áreas esenciales como la educación y la economía, fortaleciendo el desarrollo integral del país.
Estos son los otros países en el mundo que no tienen ejército:
Costa Rica destaca en América Latina por su solidez económica, respaldada por una estabilidad política constante y un fuerte compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Sus principales fortalezas incluyen: