Esta es la ciudad más pequeña de California: tiene apenas 200 habitantes y nació en plena fiebre del oro
Amador City, situada en el centro montañoso de California, es la ciudad más pequeña del estado, con una población de apenas 200 personas y una historia destacada del siglo XIX.
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En lo profundo del corazón montañoso de California existe un lugar detenido en el tiempo. Sus calles, serenas y apacibles, están impregnadas de un encanto atemporal. Con una población que no supera los 200 habitantes, este pequeño pueblo, que apenas abarca 0.2 millas cuadradas, conserva edificios que evocan la esencia del siglo XIX. A medida que el bullicio de las grandes ciudades se disuelve a lo lejos, este rincón se convierte en un refugio perfecto para quienes desean escapar del ruido y sumergirse en la historia viva del estado.
Pese a su tamaño, se trata de una ciudad oficialmente incorporada, lo que la convierte en la más pequeña de todo California. Fundada durante uno de los momentos más transformadores del país, este lugar no solo guarda los recuerdos de una época de oro, sino que también ofrece una experiencia auténtica para los interesados en el turismo histórico en California y en los destinos rurales con encanto.
¿Qué ciudad en California tiene 200 habitantes y nació en plena fiebre del oro?
La ciudad de Amador, situada en California, es un tesoro escondido que surgió a mediados del siglo XIX, durante el auge de la fiebre del oro en el estado. Establecida en 1853 en el Condado de Amador, esta encantadora localidad jugó un papel clave en la minería de la época, atrayendo a numerosos buscadores de fortuna que esperaban hallar oro en sus montañas.
El nombre de la ciudad rinde homenaje a José María Amador, un explorador y ranchero mexicano que exploró y trabajó en estas tierras antes del boom de la fiebre del oro. A pesar de la disminución de la actividad minera con el tiempo, Amador City logró mantenerse como una comunidad vibrante, conservando gran parte de su arquitectura original y ese singular aire del Viejo Oeste.
Hoy en día, forma parte de la famosa Ruta 49, conocida también como la Gold Country Highway, una vía que conecta diferentes pueblos históricos ligados a la fiebre del oro. Su carácter auténtico la ha convertido en uno de los pueblos con encanto en California y en una alternativa atractiva para quienes buscan escapadas cerca de Sacramento.
California: ¿cuáles son las ciudades más pequeñas?
Según datos oficiales, Amador City encabeza la lista como la ciudad más pequeña de California, tanto por población como por superficie. A continuación, algunas de las ciudades incorporadas con menor número de habitantes en el estado:
- Amador City: aproximadamente 200 residentes
- Vernon (Condado de Los Ángeles): cerca de 220 personas
- Sand City (Monterey): alrededor de 340 habitantes
- Industry (también en Los Ángeles): poco más de 400 residentes permanentes
A diferencia de zonas no incorporadas o pueblos fantasmas, Amador City mantiene un gobierno local y servicios básicos, lo que le permite conservar su estatus oficial. Gracias a esto, ha sabido capitalizar su legado como destino turístico sin perder su esencia comunitaria. Hoy es uno de los principales referentes del turismo rural en California.
¿Cuál fue el impacto de la fiebre del oro en EE.UU.?
La fiebre del oro en California, iniciada en 1848 tras el hallazgo de oro en Sutter's Mill, impulsó una de las migraciones más grandes en la historia de Estados Unidos. Más de 300,000 personas llegaron al estado en pocos años, transformando completamente su economía, infraestructura y composición demográfica.
Localidades como Amador City nacieron al calor de esta explosión minera. Entre 1850 y 1860, surgieron decenas de comunidades en torno a los yacimientos, muchas de las cuales desaparecieron con el fin del auge. Sin embargo, otras lograron adaptarse y evolucionar, preservando su patrimonio y transformándose en destinos turísticos con valor histórico.
En el caso de Amador City, aún se pueden visitar los restos de antiguas minas, recorrer edificios de la época e incluso disfrutar de restaurantes y comercios ambientados con el estilo del siglo XIX. Todo esto ha convertido a la ciudad en un ejemplo vivo de la historia minera en California, una parada obligada para los interesados en el legado del Oeste americano.