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Economía

Argentina pide más al FMI, pero Washington exige romper con China

EE.UU. condiciona el préstamo argentino al fin del swap de monedas con China, lo que podría acarrear una pérdida significativa y tensiones en la relación bilateral.

EE.UU. no exoneró a Argentina de un arancel del 10%. Foto: composición LR
EE.UU. no exoneró a Argentina de un arancel del 10%. Foto: composición LR

Argentina continúa esta semana las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para asegurar el mayor desembolso posible en el inicio del próximo programa económico. Según trascendió, la cifra en discusión se ubica en un rango de entre US$10.000 y US$12.000 millones, por encima de los US$8.000 millones previstos inicialmente, pero menor a los US$15.000 millones propuestos por la congresista estadounidense María Elvira Salazar ante el Departamento del Tesoro.

Sin embargo, más allá del monto que logre conseguir el Gobierno, la situación se complica por los compromisos financieros ya asumidos y por la influencia de Estados Unidos en las negociaciones. En lo que resta de 2025, Argentina deberá pagar al FMI más de US$1.900 millones solo en concepto de intereses según informó Infobae Argentina, una carga que se mantendría en niveles similares durante 2026 y 2027.

Estos pagos, al no corresponder a vencimientos de capital, no son refinanciables por el organismo y deben saldarse directamente con reservas internacionales. El cronograma está estructurado para distribuir estos pagos en tramos de alrededor de US$600 millones por cuatrimestre, con fechas clave entre fines de abril y principios de mayo.

EE.UU. condiciona el préstamo

A esta presión financiera se suma un condicionamiento geopolítico clave: según declaraciones del enviado especial del expresidente Donald Trump para América Latina, Mauricio Claver-Carone, cualquier nuevo acuerdo con el FMI deberá implicar el fin del swap de monedas que Argentina mantiene con China. “Queremos asegurarnos de que ningún acuerdo con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito”, advirtió Claver-Carone, marcando una postura firme de Washington.

Esta exigencia representa un duro golpe para el Gobierno argentino, que contaba con el respaldo de Estados Unidos en su negociación con el FMI. China es actualmente el segundo socio comercial de Argentina y un actor clave en su economía, especialmente en sectores industriales e infraestructura. El swap con Beijing implica una línea de crédito que, de romperse, supondría una pérdida de aproximadamente USD 6.000 millones para el país, monto con el que no cuenta en este momento, según explicó el analista internacional Juan Venturino.

Además, Venturino advirtió que no ceder ante esta presión podría debilitar los vínculos con Washington. Prueba de ello es que la Casa Blanca no ha eximido a Argentina del 10% de aranceles impuestos recientemente al resto de Sudamérica, lo que, según el analista, demuestra que la relación bilateral ya enfrenta tensiones.

En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, informó que el Gobierno también negocia un paquete de libre disponibilidad con otros organismos como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el objetivo de fortalecer las debilitadas reservas del país en medio de una creciente inestabilidad cambiaria.

Así, mientras busca desesperadamente oxígeno financiero, Argentina se encuentra atrapada entre sus obligaciones con el FMI, las presiones externas de Estados Unidos y el impacto económico de una posible ruptura con China. El desenlace de este complejo escenario será clave para el futuro inmediato del país.