Opinión

En mi condominio hay más tranquilidad

Insólito comentario del ministro del Ambiente sobre crisis de inseguridad ciudadana.

editorial
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Para sumar al anecdotario de los comentarios insólitos efectuados por ministros de este régimen, llegó el correspondiente al ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, quien dando muestras de ser bastante autorreferenciado dijo que la seguridad ciudadana está bien porque él vive seguro y sus vecinos del condominio en el que reside también.

La frase es infeliz, desde donde se mire. Un ministro de Estado goza de muchos privilegios y le corresponde una cuota de personal encargado de su seguridad, chofer, auto y gasolina. “Los que viven en mi condominio perciben que salen más tranquilos a la calle, hay más policías”, aseguró. Agregó además que su par en el gabinete y responsable del Interior, Juan Santiváñez, ha contribuido a frenar el incremento de la delincuencia. “El ministro Santiváñez está haciendo un enorme esfuerzo, de día y de noche. Está aplicando una estrategia que, creemos, dará resultado”.

Las cifras del incremento de la delincuencia contradicen lo dicho por el ministro. Los 181 homicidios de enero del 2025 nos dan un campanazo de alerta, porque el promedio son 6 crímenes violentos por día. Los reportes dan cuenta de la vuelta con fuerza de los secuestros, sobre todo en las regiones. Y es grave, además, la sensación de inseguridad que afecta a la inmensa mayoría de las personas, quienes sienten que pueden ser víctimas de algún tipo de delito en cualquier momento.

Es increíble la falta de empatía de quien piensa y dice frases como estas. Desde aquel ministro de Agricultura que dijo que así como él dejaba de comer por dieta, en el Perú las personas pobres no pasaban hambre, ahora hay quien cree que la seguridad se mide desde la tranquilidad de su condominio.

Es imprudente hacer generalizaciones, pero parece ser que esta incapacidad de pensar en el otro se extiende. La presidenta usa todos los espacios para defenderse de temas judiciales que la atañen, el vocero ensaya defensas personales desde su privilegiada posición y parece que gobernar y dirigir no formaran parte de sus obligaciones. Los ministros no son elegidos para defender a nadie, sino para trabajar.