Alberto Vergara: "Esta nueva etapa histórica aún no tiene nombre, pero ya comenzó"
¿Postpolítica? ¿Colapso de la política peruana y el inicio de una nueva etapa histórica aún sin nombre? ¿Qué opina Alberto Vergara al respecto? Descúbrelo en la siguiente nota.
![Vergara explica por qué es tan difícil analizar la política en la actualidad. Fuente: La República Vergara explica por qué es tan difícil analizar la política en la actualidad. Fuente: La República](https://imgmedia.larepublica.pe/640x371/larepublica/original/2025/02/14/67af98aa65f499575b3cf348.webp)
En su reciente columna mensual en La República, titulada Confesiones de un politólogo sin objeto de estudio, Alberto Vergara reflexiona: “Escribir una columna política en el Perú de hoy tiene algo de castigo y otro poco de imposible”, subrayando que su malestar proviene de analizar un panorama que considera extinto.
El politólogo compara la situación política peruana con el caos temporal de Úrsula Iguarán en Cien años de soledad: “Ni principio ni fin: una cascada incasable de lo mismo”, lo que dificulta cualquier análisis coherente. Añade que “algo de la política sobrevive, poquito, pero de forma bienintencionada y excéntrica”, describiendo un escenario desordenado donde cada uno resuelve sus conflictos como puede.
“El concepto de 'postpolítica' domina”, sostiene el columnista, explicando que las crisis surgen de rincones oscuros de la burocracia, con protagonistas “sin biografía por exponer”, y sin oposición política o social visible. “No hay ningún político capitalizando este momento de gran malestar”, afirma, evidenciando un vacío donde la legitimidad y la coerción han desaparecido.
El también profesor universitario recurre a Hobbes para describir el Perú como una sociedad que “opta por desertar de las regulaciones” y regirse por la violencia y el miedo, a lo que llama “prepolítica”, un retorno a un estado primitivo. “Este vaciamiento democrático”, señala, afecta no solo la democracia sino toda la sociedad, desde empresarios hasta tecnócratas.
“El mundo experimenta un resurgimiento de la Historia”, menciona Vergara, citando a Branko Milanovic: “esta nueva etapa histórica aún no tiene nombre, pero ya comenzó”, mientras figuras como Trump y Milei reavivan ideologías olvidadas. “El sistema peruano, lejos de fragmentarse, se ha astillado”, concluye, dejando a los analistas con el reto de “ejercer la carpintería en base a astillas”.
¿Por qué es complicado el análisis político actualmente?
“El análisis político en el Perú actual es complicado porque el propósito mismo de hacer una columna política se me aparece como una impostura”. La falta de instituciones fuertes genera incertidumbre, y los actores políticos, “efímeros, anónimos y carentes de narrativas”, dificultan cualquier predicción, sostiene Vergara Paniagua. Afirma que “la vida política lo admite todo, menos la predicción fundada”, lo que hace que el análisis sea frustrante. “Hago esto porque puedo y seguiré haciéndolo mientras no me lo impidan”, cita al describir la actitud de los políticos actuales, subrayando que esta realidad caótica hace del análisis un ejercicio casi imposible.
Vergara también resalta que la ausencia de relatos políticos que legitimen las acciones agrava este panorama. “Los cogoteros ya no hacen el esfuerzo de mentirnos”, dice, enfatizando que la política peruana ha renunciado a dotarse de legitimidad, lo que deja a los analistas sin un marco narrativo para interpretar los eventos. Esta renuncia, añade, no solo erosiona la confianza, sino que transforma el análisis en un esfuerzo constante por comprender un escenario donde las acciones son guiadas por el abuso y la arbitrariedad, no por discursos o programas.”
El desarrollo del concepto de postpolítica según Vergara
El columnista desarrolla el concepto de postpolítica al describir un escenario donde las instituciones han perdido su capacidad de regulación y los actores políticos carecen de programas, vínculos o representación. “Asistimos al desmontaje simultáneo de la legitimidad y la coerción”, señala, destacando que la política ya no busca persuadir ni gobernar con base en consensos, sino imponer su voluntad sin justificarse.
Este vacío de representación y narrativa crea, según Vergara, un entorno donde “el vaciamiento democrático” es solo un síntoma de un colapso mayor: una política que ha renunciado a su propia esencia, dejando al país en un limbo entre la prepolítica hobbesiana y una postpolítica desprovista de todo contenido.
Vergara detalla que el colapso de nuestra política se evidencia en el desmantelamiento de instituciones y el protagonismo de actores fugaces y anónimos. “Nuestras ‘crisis’ surgen en puntos subterráneos de la esfera pública”, afirma, ilustrando cómo funcionarios desconocidos toman decisiones cruciales sin rendir cuentas.
“Este colapso implica que la política ya no gestiona conflictos, sino que los deja a la deriva”, explica para subrayar el caos institucional y la ausencia de liderazgos claros que sufre en Perú y que, a la vez, son pilares de la postpolítica que describe.