Un hombre de 40 años, tras más de veinte años de dependencia al alcohol, fue sometido en China al primer implante quirúrgico de un chip diseñado para disminuir el consumo de alcohol. La intervención se llevó a cabo exitosamente el 8 de abril en el Hospital Popular de Fuyang, ubicado en la provincia de Anhui. Según el equipo médico, apenas cuatro horas después de la cirugía, el paciente aseguró no experimentar ganas de beber alcohol.
Este novedoso tratamiento médico consiste en la implantación subcutánea de hidrocloruro de naltrexona de liberación sostenida, una sustancia que bloquea los receptores cerebrales relacionados con el placer que causa el alcohol. Esta tecnología ya se posiciona como una de las mejores alternativas para combatir las recaídas en el consumo de alcohol y promover la abstinencia a largo plazo.
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El procedimiento, realizado bajo anestesia local, duró menos de cinco minutos. A través de una incisión de un centímetro en el abdomen inferior, los médicos implantaron diez cápsulas del fármaco, del tamaño de una semilla de soja. Según el Dr. Zhou, parte del equipo médico, este método evita el olvido de dosis y reduce significativamente el riesgo de recaídas.
Entre abril de 2023 y septiembre de 2024, el Segundo Hospital Xiangya de la Universidad Central Sur lideró un ensayo clínico multicéntrico para evaluar la eficacia del tratamiento con naltrexona. Los resultados confirmaron una mejora en el control del consumo, sin efectos adversos relevantes más allá de leves molestias en la zona del implante.
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El chip no es un dispositivo electrónico. Contiene naltrexona de liberación sostenida, un antagonista de los receptores opioides que bloquea el efecto de euforia provocado por el alcohol. Al eliminar la recompensa cerebral asociada al consumo, el deseo disminuye de forma notoria.
A diferencia de las terapias orales, que requieren disciplina diaria, el chip garantiza una liberación constante del fármaco durante al menos seis meses. Además del efecto farmacológico, el tratamiento forma parte de un enfoque integral que incluye valoración médica, seguimiento psicológico y monitoreo clínico. Esta cirugía mínimamente invasiva abre una nueva ruta en el tratamiento contra el alcoholismo con resultados prometedores.