La desconocida batalla en la que Miguel Grau y Arturo Prat lucharon juntos contra los españoles
En 1865, los vecinos países de Perú y Chile se aliaron luego de que la Armada Española se apoderara de las islas Chincha y bloqueara los puertos chilenos.
![Miguel Grau estuvo a cargo de la corbeta Unión, mientras que Arturo Prat lideró la corbeta Esmeralda. Foto: composición LR/difusión Miguel Grau estuvo a cargo de la corbeta Unión, mientras que Arturo Prat lideró la corbeta Esmeralda. Foto: composición LR/difusión](https://imgmedia.larepublica.pe/640x371/larepublica/original/2025/02/07/67a6b327dc93420f8f5fea28.webp)
En diciembre de 1865, Perú y Chile firmaron un tratado de alianza tanto ofensiva como defensiva, motivados por la ocupación española de las islas Chincha, que pertenecían al territorio peruano. Este acto de ocupación generó un clima de gran tensión en la región, lo que desembocó finalmente en la declaración formal de guerra en septiembre de ese mismo año.
De otro lado, ante la negativa de Chile de suministrar carbón y provisiones a los buques españoles, la armada de España, bajo el mando de José Manuel Pareja, tomó la decisión de bloquear los principales puertos chilenos como medida de represalia. Este bloqueo marítimo intensificó aún más el conflicto, lo que lo convirtió en un punto crítico dentro de la guerra hispano-sudamericana, un enfrentamiento en el que también intervendrían otras naciones de la región en defensa de su soberanía frente a la presencia colonialista española.
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¿Cuál es la batalla en la que Miguel Grau y Arturo Prat lucharon juntos contra los españoles?
Se trata de la Batalla de Abtao. España tenía una clara ventaja en términos de poder naval en el Pacífico sur, por lo que la captura de la goleta española Covadonga por parte de la corbeta chilena Esmeralda, bajo el mando de Juan Williams Rebolledo, causó gran sorpresa. Este acontecimiento tuvo lugar en noviembre de 1865, en aguas de Papudo, y representó una inesperada victoria para la alianza entre Chile y Perú.
Ante la limitada flota bajo su mando, Rebolledo decidió reorganizar sus fuerzas en un fondeadero seguro al sur, en los canales de Chiloé, a la espera de refuerzos. Para ello, seleccionó el canal próximo a la isla Abtao, ubicado a 28 millas de Ancud, donde se dirigieron la Esmeralda, la recientemente capturada Covadonga, el vapor Maipú así como el vapor Lautaro.
![La Batalla de Abtao no tuvo un vencedor absoluto. Foto: difusión La Batalla de Abtao no tuvo un vencedor absoluto. Foto: difusión](https://imgmedia.larepublica.pe/640x640/larepublica/original/2025/02/07/67a6ae5d8b976778a32d09da.webp)
La Batalla de Abtao no tuvo un vencedor absoluto. Foto: difusión
Las dificultades logísticas que enfrentaron Chile y Perú
Las embarcaciones de la Armada chilena atravesaban serias dificultades debido a su estado de deterioro. En particular, la corbeta Esmeralda, que luego sería comandada por Arturo Prat, presentaba múltiples filtraciones, lo que comprometía su flotabilidad y operatividad en combate. A esta situación se sumó un grave incidente con el vapor Lautaro, una nave que había sido donada por el gobierno peruano para fortalecer la escuadra, pero que quedó fuera de servicio tras la explosión de una de sus calderas.
Ante la urgente necesidad de reforzar la flota aliada, Perú decidió enviar un contingente naval compuesto por las fragatas Amazonas y Apurímac, además de las corbetas Unión, comandado por Miguel Grau, y América. Sin embargo, la travesía no estuvo exenta de complicaciones, ya que algunas de estas embarcaciones enfrentaron fallas técnicas antes de llegar a su destino en Abtao, donde se planeaba la estrategia para contrarrestar el dominio marítimo español en la región.
![La Batalla de Abtao ha sido relegada en la historiografía oficial de Chile y Perú. Foto: difusión La Batalla de Abtao ha sido relegada en la historiografía oficial de Chile y Perú. Foto: difusión](https://imgmedia.larepublica.pe/640x425/larepublica/original/2025/02/07/67a6ae7ac93e12637f3a1149.webp)
La Batalla de Abtao ha sido relegada en la historiografía oficial de Chile y Perú. Foto: difusión
El contraataque español
El 7 de febrero de 1866, dos fragatas de la Armada Española, la Reina Blanca y la Resolución, se dirigieron hacia la isla Abtao con el objetivo de destruir la escuadra combinada de Chile y Perú, que se había refugiado en aquel sector de los canales de Chiloé. Confiados en su superioridad naval, los españoles esperaban sorprender a la flota aliada y debilitar su capacidad de combate en el Pacífico.
Sin embargo, los comandantes chilenos y peruanos, conscientes de la desventaja en términos de poder de fuego y el mal estado de algunas de sus embarcaciones, aprovecharon la geografía del lugar para resistir el embate enemigo. Los canales angostos y poco profundos de la zona impidieron que las fragatas españolas maniobraran con facilidad, dando a los defensores una ventaja táctica clave.
En medio del enfrentamiento, Miguel Grau, a bordo de la corbeta peruana Unión, y Arturo Prat, sirviendo en la corbeta chilena Esmeralda, desempeñaron roles fundamentales en la batalla. Ambos comandantes mostraron valentía y determinación al dirigir sus respectivos buques en el combate, coordinando el fuego artillero para repeler a los atacantes. Si bien la batalla no tuvo un vencedor absoluto, la escuadra aliada logró frustrar la ofensiva española, con lo que preservó su flota y mantuvo su presencia en la zona.
Abtao, una batalla olvidada en los manuales de la historia
A pesar de la importancia estratégica de la Batalla de Abtao, este episodio ha sido, en gran medida, relegado al olvido en la historiografía oficial tanto de Chile como de Perú. Su importancia radica no solo en el impacto militar que tuvo en la contienda, sino también en el hecho de que permitió que destacados marinos de ambos países, como Arturo Prat y Miguel Grau, lucharan temporalmente en el mismo bando, enfrentándose a un enemigo común: los españoles.
Este enfrentamiento naval, ocurrido en 1866, no solo consolidó la cooperación entre las armadas aliadas en un momento crítico, sino que también representó una inusual coincidencia histórica: años después, en el marco de la Guerra del Pacífico (1879-1884), estos dos oficiales navales se encontrarían en bandos opuestos, con el que protagonizaron algunos de los episodios más emblemáticos de la historia.