Irán muestra disposición al diálogo indirecto con Estados Unidos para discutir avances en su programa nuclear
El ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, afirmó que "el camino está abierto para negociaciones indirectas". Sin embargo, descartó conversaciones directas mientras Trump mantenga su política de "máxima presión".
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Teherán dio señales de apertura diplomática al proponer el lunes 24 de marzo "conversaciones indirectas" con Estados Unidos sobre los avances en su programa nuclear. La declaración, realizada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, se produce en un contexto de creciente presión internacional y de vigilancia por parte de organismos multilaterales. Esta propuesta llega en un momento delicado, cuando Washington, bajo el gobierno de Donald Trump, mantuvo una línea dura hacia Irán desde su "retirada del acuerdo nuclear" en 2018.
El gesto de Irán representa un posible punto de inflexión en una relación marcada por años de confrontación y desconfianza mutua. Aunque Teherán insiste en que su programa tiene fines pacíficos, EE. UU. reiteró su preocupación por la posible dimensión militar de dicho proyecto. La comunidad internacional observa con atención este movimiento que, de concretarse, podría abrir nuevas vías para retomar las negociaciones multilaterales.
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Irán plantea diálogo con EE. UU. bajo condiciones de respeto mutuo
Durante una rueda de prensa en la capital iraní, Abbas Araqchi expresó: "Estamos dispuestos a explorar formas diplomáticas para resolver las diferencias, incluso mediante conversaciones indirectas con Estados Unidos, siempre que haya garantías claras de respeto mutuo". Estas palabras reflejan una leve pero significativa modificación en la postura de Irán, tradicionalmente reacia a cualquier acercamiento con Washington sin el levantamiento previo de sanciones.
Esta declaración surge tras semanas de tensión, en las que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) alertó sobre un incremento en las reservas de uranio enriquecido por parte de Irán. EE. U., por su parte, intensificó su presión diplomática y económica, argumentando que "Irán sigue violando sus compromisos internacionales", según afirmó un vocero del Departamento de Estado. El gesto de Araqchi parece tener como objetivo reducir esa presión y reactivar canales de diálogo antes de que la situación escale aún más.
Trump endurece su postura frente a Irán
La reelección de Donald Trump reforzó una política exterior de línea dura hacia Irán, priorizando la "máxima presión" y descartando públicamente cualquier tipo de negociación directa sin concesiones previas por parte del régimen iraní. Sin embargo, algunos analistas consideran que el cambio de tono de Teherán puede estar motivado por la necesidad de aliviar las sanciones económicas que golpearon duramente su economía.
Teherán buscó apoyo diplomático en Europa y en actores regionales, pero el bloqueo económico impuesto por Washington resultó asfixiante. Las últimas protestas internas en varias ciudades iraníes evidencian el descontento social derivado de esta situación. "La diplomacia sigue siendo nuestra mejor herramienta", afirmó un funcionario europeo cercano al dossier nuclear iraní.
Irán abre la puerta al diálogo con EE. UU. sin ceder en su postura estratégica
El acuerdo firmado en 2015 —conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC)— entró en crisis tras la salida unilateral de EE. UU. Desde entonces, Irán fue reduciendo sus compromisos, mientras que el resto de los firmantes intenta mantener vivo el pacto. El anuncio de conversaciones indirectas podría ser una oportunidad para volver a sentar a las partes en la mesa de negociación, aunque bajo condiciones muy distintas a las de hace una década.
"La decisión de Irán de abrirse al diálogo indirecto es una señal política significativa, pero aún está por verse si Estados Unidos la considerará suficiente para reiniciar conversaciones formales", explicó la experta en relaciones internacionales del Middle East Institute, Farnaz Zand. Con esta iniciativa, Irán parece apostar por una estrategia de desescalada que no comprometa directamente su posición, pero que sí muestre voluntad de entendimiento. El gobierno de Teherán, con Abbas Araqchi como principal portavoz diplomático, busca ahora proyectar una imagen más conciliadora, sin renunciar a sus intereses estratégicos en la región.