Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán rechazó cualquier negociación con Estados Unidos sobre sus misiles
Irán descartó rotundamente entablar diálogos con EE. UU. sobre su programa balístico, en respuesta a una carta de Trump. Teherán insiste en su autonomía militar y fortalece su alianza con el Eje de la Resistencia.
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La Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán emitió una contundente negativa ante la posibilidad de iniciar negociaciones con Estados Unidos respecto a su programa de misiles. Esta decisión fue comunicada luego de que Donald Trump enviara una carta confidencial a Teherán proponiendo diálogos directos sobre la capacidad balística iraní. Las autoridades militares iraníes calificaron la iniciativa como una "maniobra desesperada" y reafirmaron que su poder disuasorio no está sujeto a discusión.
En un contexto de tensiones crecientes en Medio Oriente, esta negativa representa una nueva barrera para la reanudación de las negociaciones con EE. UU. sobre temas estratégicos, como el programa nuclear y la estabilidad regional. Irán continúa fortaleciendo su influencia a través del llamado Eje de la Resistencia, mientras denuncia las sanciones económicas impuestas por Washington como parte de una "guerra híbrida" contra su soberanía.
Irán cierra la puerta al diálogo con EE. UU. sobre misiles
Desde Teherán, la posición oficial fue respaldada por altos mandos de la Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán, quienes consideraron que abrir un canal de diálogo con Washington sobre su arsenal violaría principios de defensa nacional. "Nuestros misiles representan una línea roja que jamás cruzaremos. No necesitamos la aprobación de ningún país para proteger nuestra seguridad", declaró el comandante naval Alireza Tangsiri. Esta postura se alinea con las recientes declaraciones del líder supremo Ali Khamenei, quien advirtió que "la independencia militar de Irán no se negociará bajo presión extranjera".
La misiva enviada por Trump no fue publicada íntegramente, pero fuentes iraníes aseguraron que su contenido incluía propuestas para limitar el alcance y desarrollo del sistema de misiles balísticos de Irán a cambio de alivio económico. No obstante, la respuesta fue tajante. La desconfianza en Washington persiste desde la ruptura unilateral del acuerdo nuclear de 2015, firmada por la administración anterior y desmantelada por el propio Trump en 2018.
Irán se distancia del pacto nuclear y refuerza lazos con China y Rusia
La negativa de la Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán complica aún más las posibilidades de reactivar un pacto internacional sobre el programa nuclear. Si bien Teherán insiste en que su tecnología atómica tiene fines civiles, la comunidad internacional mantiene reservas debido a la expansión de sus capacidades de enriquecimiento de uranio.
Para el analista político Mohammad Marandi, "mientras Estados Unidos no muestre un compromiso genuino y retire sus medidas coercitivas, Irán no dará pasos hacia una nueva negociación". La presión por parte de los aliados de EE. UU., especialmente en Europa, tampoco generó avances significativos. Al contrario, Irán se ha volcado hacia China y Rusia, buscando respaldo en foros multilaterales que lo legitimen frente a las potencias occidentales.
Irán refuerza al Eje de la Resistencia y desafía la política de EE. UU.
El rechazo iraní coincide con una intensificación del respaldo a sus aliados regionales en el llamado Eje de la Resistencia, una alianza informal integrada por grupos armados y gobiernos que se oponen a la influencia estadounidense en Medio Oriente. Desde Líbano hasta Yemen, las milicias respaldadas por Teherán incrementaron sus operaciones, según informes del Pentágono, en respuesta a la reactivación de sanciones y acciones militares por parte de Washington.
En palabras de Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria: "La resistencia no es solo una doctrina, es una realidad tangible que crece con cada ataque del enemigo. Estados Unidos no entiende que nuestras alianzas son estratégicas y no tácticas". Este enfoque desafía abiertamente la política exterior estadounidense en la región, que bajo la administración Trump endureció su tono contra Irán, al tiempo que refuerza su presencia militar en el golfo Pérsico.