La capirotada es uno de los postres más representativos de la gastronomía mexicana durante la temporada de Semana Santa. Su combinación de pan, frutas, almendras y miel la ha convertido en una tradición que se ha transmitido de generación en generación.
Conocer la receta de capirotada no solo es aprender a preparar un platillo delicioso, sino también adentrarse en una costumbre que marca la identidad cultural de México. La capirotada, con su historia y sabor inconfundible, se ha ganado un lugar especial en las mesas familiares.
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La receta de capirotada tiene varias variantes, pero los ingredientes más comunes incluyen pan de bolillo, pasas, nueces, almendras, canela, y una mezcla de jarabe de piloncillo. El procedimiento para su preparación es bastante sencillo y no requiere habilidades culinarias avanzadas.
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Su origen proviene de España, donde se adaptó a partir de una receta de la antigua Roma que incluía trozos de pan intercalado con vinagre, agua, pollo, queso, alcaparras y pepinos.
Al llegar a lo que se conoce como La Nueva España, los ingredientes fueron sustituidos por aquellos que eran más accesibles en la región, como frutos secos, queso, piloncillo, canela y, por supuesto, pan.
La tradición de consumir este platillo durante la Semana Santa se relaciona con su origen en el capirote, una capucha utilizada en las procesiones religiosas de la Edad Media.
Dado que la Semana Santa es una celebración de carácter religioso, la combinación del ayuno y los alimentos permitidos durante la Cuaresma hizo de este postre un acompañante ideal en las mesas de las familias mexicanas.