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Estados Unidos

Malas noticias, inmigrantes: Donald Trump autoriza a la Guardia Nacional a arrestar inmigrantes en Texas

El presidente Donald Trump autoriza a la Guardia Nacional de Texas para realizar arrestos de migrantes, un cambio significativo en la política migratoria estadounidense. La medida refleja un manejo más estricto de la seguridad en la frontera con México.

El acuerdo con Texas permitirá que la Guardia Nacional ejerza funciones de agentes de migración, intensificando así la seguridad en la frontera sur y el control sobre la inmigración indocumentada. Foto: composición LR / CNN
El acuerdo con Texas permitirá que la Guardia Nacional ejerza funciones de agentes de migración, intensificando así la seguridad en la frontera sur y el control sobre la inmigración indocumentada. Foto: composición LR / CNN

El presidente Donald Trump ha tomado una decisión trascendental en su política migratoria al permitir que la Guardia Nacional de Texas lleve a cabo arrestos de migrantes en la frontera con México. Esta acción, anunciada por el gobernador Greg Abbott, otorga a las fuerzas estatales responsabilidades que antes eran exclusivas de los agentes federales de inmigración. La medida marca un cambio significativo en la gestión de la seguridad fronteriza y refleja un enfoque más riguroso hacia la migración en la región.

El acuerdo suscrito entre la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y el gobierno de Texas autoriza a la Guardia Nacional a desempeñar "todas las funciones" de un agente migratorio, siempre que esté acompañado por un oficial de la Patrulla Fronteriza o una autoridad migratoria. Esta medida se enmarca dentro de la estrategia del gobierno republicano para fortalecer la seguridad en la frontera sur y controlar el flujo de migrantes indocumentados.

Expertos legales advierten que esta medida podría generar conflictos judiciales y tensiones con México, apuntando a un esfuerzo por militarizar la frontera y agravar la crisis humanitaria que enfrentan los migrantes. Foto: CNN.

Expertos legales advierten que esta medida podría generar conflictos judiciales y tensiones con México, apuntando a un esfuerzo por militarizar la frontera y agravar la crisis humanitaria que enfrentan los migrantes. Foto: CNN.

Greg Abbott y la militarización de la frontera con México

Desde su llegada al poder en 2015, el gobernador Greg Abbott ha impulsado agresivas políticas antiinmigrantes, consolidándose como uno de los líderes republicanos más cercanos a Trump. A través del programa “Operation Lone Star” (Operación Estrella Solitaria), Abbott ha destinado más de 11.000 millones de dólares a reforzar la seguridad en la frontera, desplegando a más de 10.000 efectivos de la Guardia Nacional en puntos estratégicos.

Sin embargo, hasta ahora, la ley impedía que la Guardia Nacional realizara arrestos de migrantes, ya que esa facultad era exclusiva de los agentes federales. Con este nuevo acuerdo, Texas obtiene una autoridad sin precedentes en la ejecución de políticas migratorias, lo que refuerza su papel como un bastión republicano en la lucha contra la inmigración ilegal.

Abbott ha celebrado el acuerdo como un triunfo en la defensa de la soberanía estatal y en la contención del flujo migratorio. “Texas está haciendo el trabajo que el gobierno federal se ha negado a hacer. Hemos tomado medidas extraordinarias para proteger a nuestros ciudadanos”, afirmó en su cuenta de la plataforma X.

La Casa Blanca en silencio y la creciente tensión política

Hasta el momento, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el acuerdo entre Texas y el gobierno de Trump. Sin embargo, medios como Breitbart, un portal alineado con la administración republicana, han confirmado que la Guardia Nacional en Texas ya ha comenzado a ejercer sus nuevas funciones migratorias.

Esta medida se suma a otras acciones ejecutivas de Trump en materia migratoria. A pocas horas de asumir la presidencia, firmó una serie de decretos destinados a reforzar la seguridad en la frontera, declarando una “emergencia nacional” y aprobando el despliegue de 1.500 soldados adicionales en la región. Además, su administración ha intensificado las deportaciones mediante vuelos militares, trasladando a migrantes irregulares a Guatemala y Ecuador.

La implementación de esta política plantea serias dudas sobre la legalidad de otorgar a la Guardia Nacional de un estado la capacidad de hacer cumplir leyes federales de inmigración. Expertos legales advierten que esta acción podría desencadenar disputas judiciales y enfrentamientos con la administración demócrata, que históricamente ha defendido el control federal sobre las políticas migratorias.

Impacto en los migrantes y en la relación con México

La decisión de Trump y Abbott de empoderar a la Guardia Nacional de Texas para realizar arrestos de migrantes podría agravar la crisis humanitaria en la frontera sur. Organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado su preocupación por el riesgo de abusos y detenciones arbitrarias contra personas que buscan asilo o protección internacional.

“Esta es una medida draconiana que pone en peligro la vida de miles de migrantes. En lugar de ofrecer soluciones humanitarias, el gobierno de Trump está promoviendo la militarización y el uso de la fuerza”, afirmó un portavoz de Human Rights Watch.

Asimismo, la decisión podría generar fricciones con México, que ha manifestado su rechazo a las políticas migratorias extremas de EE.UU. La militarización de la frontera y la delegación de facultades a una entidad estatal como Texas pueden ser interpretadas como una provocación diplomática, especialmente en un momento en que las relaciones bilaterales han estado marcadas por tensiones en materia de seguridad y migración.

¿Qué sigue en la política migratoria de Trump?

El acuerdo con Texas marca un punto de inflexión en la estrategia de Donald Trump para frenar la inmigración indocumentada. Con la Guardia Nacional ahora autorizada para arrestar migrantes, el gobierno republicano ha consolidado su postura de línea dura y ha dejado claro que seguirá avanzando en políticas que refuercen la seguridad fronteriza.

Sin embargo, esta medida también abre la puerta a desafíos legales y conflictos políticos, tanto dentro de EE. UU. como con países vecinos. A medida que la administración Trump continúe implementando su visión sobre la migración, es probable que surjan nuevas controversias y disputas en los tribunales, especialmente si el gobierno federal intenta desafiar la autoridad que ahora ostenta Texas.

Por ahora, la militarización de la frontera sigue en marcha, y con ella, la incertidumbre sobre el futuro de miles de migrantes que buscan cruzar hacia Estados Unidos en busca de una mejor vida.